Fax-Mail
En el siempre interesante Modern Mechanix ha aparecido este artículo de Science & Mechanics de octubre de 1960 sobre los primeros intentos de masificar el correo electrónico a principios de la década de 1960.
La idea consistía en dotar a las oficinas de correos con equipos facsímil previamente desarrollados para la Marina de Estados Unidos por R.C.A. y que transmitían via microondas o cablea coaxial.
Las pruebas se realizaron entre Whashington y San Francico con resultados satisfactorios. Cuando el usuario colocaba en el sobre el aviso "Fax Mail" o "Speed Mail" la carta, al llegar a la oficina de correo en vez de ser enviada por los medios convencionales, se manipulaba automáticamente y se escaneaba. Vía microondas llegaba la señal a la oficina receptora donde se imprimía por el (en ese momento) novedoso método de la xerografía, se intruducía en un sobre y se entregaba al destinatario.
No fué hasta que se desarrollaron sistemas de impresión más sencillos como la impresión térmica, que el fax se introdujo directamente en casa del usuario.
La paradoja está en que el desarrollo del producto, dejó fuera del negocio al sistema postal que había contribuido a su promoción.
4 comentarios:
Creo que en España Correos quiso hacer algo similar con el e-mail.
La canibalización del negocio está a la orden del día. Posiblemente muchos negocios cambien de manos.
Recuerdo la primera vez que vi un fax, ¡magia en estado puro!.
¡No hace tanto (pero es que el tiempo va muy rápido)!.
Y yo que sabía leer las cintas perforadas de los teletipos sin necesidad de descifrarla en la estación... ¡yo si que me quede fuera del negocio!.... hasta que conseguí reciclarme.
Lula, lo triste de la canibalización son los esfuerzos e ilusiones que se quedan por el camino.
Telémaco, ¡Cintas perforadas! Deduzco que como mínimo hiciste la mili de Cabo de Arrojadores de Aceite en el Castillo de la Mota.
¡Uuuuuyyyy!.Casi,casi.
Más concretamente de cabo de teletipos debajo de la Cibeles. Pero algún día también hice de "arrojador" (el de la litera de abajo nunca me perdonó).
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