El niño y el celador

¿Sabes lo que me fascinaba de pequeño? los operarios que hacían la conexiones de los cables telefónicos. Ese mazacote de hilos forrados de papel encerado de colorines. cientos de cables que eran perfectamente conectados entre sí por un señor que con paciencia franciscana iba pelandolos,testandolos con un extraño aparato telefónico y juntándolos hasta dejarlos todos unidos. Despues, en un cacillo puesto al fuego, calentaba unas barras de una masilla gris y blanca que amasaba y con la que cubria el mazacote. masilla que los niños intentábamos robar para hacer figuritas. que tiempos me has hecho recordar.

Este comentario de Alvarhillo sobre sus recuerdos de niñez en torno a los instaladores de líneas telefónicas, me animó a rebuscar un vídeo que había visto hace algún tiempo en Internet Archive y que no puse en Youtube por desidia. Ahora me he llevado la sorpresa de que alguien más diligente que yo, ya me ha hecho el trabajo.



Dudo que los operarios de los que habla Alvarhillo tuvieran la planta de Indiana Jones ni la paciencia pedagógica del protagonista, pero no me digan que el bajito de la gorra no se parece a el tragón volador.